“Mi hijo no come bien”: El llamado urgente a las familias jóvenes para prevenir la obesidad infantil
En muchos hogares, la escena se repite: niños pequeños que rechazan las verduras, exigen gaseosas y viven entre snacks ultraprocesados. Padres que, entre el trabajo, el estrés y la falta de tiempo, ceden a la comodidad de la comida rápida. Pero detrás de esta rutina cotidiana, se esconde una realidad alarmante: la obesidad infantil se ha convertido en una de las mayores amenazas para la salud pública del siglo XXI.
Los niños obesos de hoy… vivirán menos que sus padres
Sí, así de crudo. Los estudios muestran que los niños con obesidad tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como:
• Diabetes tipo 2
• Hipertensión y colesterol elevado
• Problemas cardiovasculares
• Trastornos del sueño y del estado de ánimo
Y lo más grave: su esperanza de vida puede ser menor que la de sus padres, algo que nunca había ocurrido en generaciones anteriores.
El cambio empieza en casa… y con los padres
Los niños no compran lo que comen. No cocinan. No deciden qué hay en la despensa. Los padres son el primer modelo de alimentación y estilo de vida. Si mamá y papá comen frente al televisor, si el desayuno es gaseosa y pan blanco, si no hay frutas ni verduras en la mesa… el niño aprende que eso es “normal”.
Pero también ocurre lo contrario: cuando los padres se comprometen con su salud, cocinan juntos, prueban nuevos sabores y celebran los pequeños logros, los niños se contagian de ese entusiasmo.
¿Por dónde empezar?
Aquí van pasos simples pero poderosos:
• Haz del agua la bebida principal: las gaseosas no deben ser parte del día a día.
• Incluye frutas y verduras en cada comida: aunque sea en pequeñas cantidades, la exposición repetida genera aceptación.
• Evita tener comida chatarra en casa: si no está disponible, no se consume.
• Cocina en familia: los niños que participan en la cocina están más dispuestos a probar lo que preparan.
• Sé coherente: no puedes pedirle a tu hijo que coma brócoli si tú nunca lo haces.
No se trata de perfección, sino de intención
No buscamos familias perfectas, sino conscientes. Cada decisión cuenta. Cada cambio suma. La prevención de la obesidad infantil no empieza en el consultorio, sino en la cocina de casa.
Y tú, como madre, padre o cuidador, tienes el poder de cambiar el rumbo. No solo por tus hijos, sino por toda una generación que merece crecer sana, fuerte y con futuro.