Grasa Parda



La grasa es un tejido adiposo que se encuentra en todo el cuerpo humano y que se divide en dos tipos principales: grasa blanca y grasa parda. La grasa blanca es la más común y es la responsable de almacenar energía en forma de triglicéridos, mientras que la grasa parda, también conocida como grasa marrón, es un tipo especial de grasa que tiene la capacidad de quemar energía para producir calor.

En este artículo, exploraremos la relación entre la grasa parda y la grasa blanca y cómo los alimentos pueden afectar la cantidad y la función de estos tipos de grasa.

La grasa blanca es el tipo de grasa más abundante en el cuerpo humano y se encuentra principalmente en la zona abdominal, las caderas y los muslos. Su función principal es almacenar energía en forma de triglicéridos, que se pueden utilizar como fuente de energía cuando el cuerpo la necesita. Sin embargo, el exceso de grasa blanca puede conducir a la obesidad y aumentar el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer.


La grasa parda, por otro lado, se encuentra en pequeñas cantidades en el cuello, la parte superior del pecho, la espalda y las axilas. La función principal de la grasa parda es producir calor mediante un proceso llamado termogénesis. La termogénesis se produce cuando la grasa parda quema energía almacenada en forma de triglicéridos para producir calor. Este proceso es especialmente importante en los recién nacidos y en los animales que hibernan, ya que les permite mantener la temperatura corporal en condiciones frías.


Se ha demostrado que ciertos alimentos pueden afectar la cantidad y la función de la grasa parda y la grasa blanca en el cuerpo humano. Por ejemplo, se ha descubierto que los ácidos grasos omega-3, que se encuentran en los pescados grasos como el salmón y la caballa, pueden aumentar la cantidad de grasa parda en el cuerpo y mejorar su función. Otros estudios han encontrado que las catequinas, que se encuentran en el té verde, también pueden aumentar la cantidad de grasa parda y mejorar su función.


Por otro lado, el consumo excesivo de alimentos procesados y ricos en grasas trans y azucar pueden aumentar la cantidad de grasa blanca en el cuerpo y reducir la cantidad y la función de la grasa parda. Estos alimentos también pueden aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad.


Además de los ácidos grasos omega-3 y las catequinas, otros componentes de los alimentos también han demostrado afectar la cantidad y la función de la grasa parda y blanca en el cuerpo humano. Un estudio reciente encontró que los polifenoles, que se encuentran en frutas y verduras, pueden aumentar la cantidad de grasa parda en el cuerpo humano y mejorar su función. Otro estudio encontró que el consumo de alimentos ricos en fibra, como las frutas, las verduras y los cereales integrales, pueden reducir la cantidad de grasa blanca en el cuerpo y mejorar la función de la grasa parda.


Por otro lado, el consumo excesivo de alimentos procesados, ricos en grasas saturadas y azúcares añadidos, puede aumentar la cantidad de grasa blanca en el cuerpo y reducir la cantidad y la función de la grasa parda. Además, el consumo excesivo de alcohol también puede reducir la cantidad de grasa parda en el cuerpo humano.


Además de la dieta, otros factores también pueden afectar la cantidad y la función de la grasa parda y blanca en el cuerpo humano. Por ejemplo, el ejercicio regular y el sueño adecuado pueden aumentar la cantidad y la función de la grasa parda en el cuerpo humano. Por otro lado, el estrés crónico y la falta de sueño pueden reducir la cantidad y la función de la grasa parda en el cuerpo humano.


En conclusión, la grasa parda y la grasa blanca son dos tipos diferentes de tejido adiposo que tienen funciones y características únicas. Los alimentos que consumimos y otros factores como el ejercicio y el sueño pueden afectar la cantidad y la función de estos tipos de grasa en el cuerpo humano. Por lo tanto, es importante seguir un estilo de vida saludable para mantener una buena salud y prevenir enfermedades relacionadas con la obesidad. Esto incluye seguir una dieta equilibrada y rica en nutrientes, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y manejar el estrés de manera efectiva.


Mg Geraldine Maurer -  Nutricionista Clínica  - Medicina Funcional. 

CNP 1851